Charlize Theron: una estrella para la eternidad

Charlize Theron se ha convertido por méritos propios en una de las actrices mejor consideradas de la actualidad cinematográfica. Nacida el 7 de agosto de 1975, esta sudafricana hija única de padre francés y madre alemana, pasará a la historia del séptimo arte por ser una de las más bellas y versátiles actrices de su época.

Su infancia estuvo marcada por el asesinato de su padre a manos de su madre, en un intento de agresión de éste. El incidente marcaría de por vida a madre e hija que se trasladaron a Estados Unidos.

Primero probó suerte en la moda y en la publicidad. Así protagonizó el famoso anuncio de Martini, aquel en el que una sugerente Charlize perdía poco a poco la falda. Pero sería una casualidad la que le hizo intentarlo en el mundo del cine. Mientras se encontraba en un banco protestando por un servicio que no le prestaban, un agente cinematográfico se fijó en su belleza y carácter y se convirtió en su representante.

Su debut en el cine sería en 1996 con dos pequeños papeles en Dos días en el Valle y Wonders respectivamente. Pero no sería hasta el año siguiente cuando consiguió un papel de más entidad en Pactar con el diablo, junto a Al Pacino y Keanu Reeves. En 1998 consiguió participar en dos películas que la pusieron en el punto de mira: Celebritiy (Woody Allen) y Las normas de la casa de la sidra (Lasse Hallstrom); esta última ganadora de dos Oscars.

Hasta ese momento, sus papeles se caracterizaban por destacar la dulzura de sus rasgos y carácter. Así, vendrían films más comerciales que la convirtieron en una cara cada vez más conocida, La cara del terror, Hombres de Honor y La otra cara del crimen, junto a actores tan reconocidos como Johnny Depp y Robert de Niro.

Alternaba entre películas de autores como Woody Allen, con el que repitió en La maldición de escorpión de Jade (2001) y films más comerciales como Operación Reno, y los éxitos Noviembre dulce (2001) y sobre todo, el film de acción The Italian Job (2003).

Pero su reconocimiento como actriz llegaría con Monster, dirigida por Patty Jenkins en 2003. Esta película de bajo presupuesto y producida por la propia actriz, contaba la historia real de Aileen Wuornos, una prostituta que se convirtió en una asesina en serie y que fue ejecutada en 2002. Para interpretar a la protagonista tuvo que engordar hasta 15 kilos y recibir largas sesiones de maquillaje. Desde el estreno de Monster, las críticas hacia el film se centraban en la increíble interpretación de la sudafricana, que acaparó casi todos los premios de ese año, incluidos el Globo de oro y el deseado Oscar.

Desde entonces ha encadenado películas independientes con algunas comerciales. Volvió a estar nominada al Oscar por En tierra de hombres (2005) y encadenó algunos fracasos comerciales y de crítica, como Juegos de Mujer (2004) y Aeon Flux(2005).

En los últimos años se ha prodigado poco en el cine, pero con papeles tan sentidos como el de En el valle de Elah (2007), película injustamente olvidada en los Oscars de ese año. También cosechó un éxito mundial con Hancock (2008) junto a Will Smith. A destacar el papel que interpretó en Lejos de la tierra quemada (2008), de Guillermo Ariaga, el debut en la dirección del escritor de Babel y Amores perros. Otra interpretación valiente, donde se desnudaba internamente y externamente para interpretar a una mujer con un pasado muy oscuro.

Entre sus proyectos de futuro se encuentran la secuela de Hancock y Mindhunter, una serie de la HBO con David Fincher, director de Seven o El Curioso Caso de Benjamin Button.

De lo que no cabe duda es que nos seguirá hipnotizando con su belleza y sus interpretaciones en todo lo que haga, porque esta sudafricana tiene talento para rato.

Andrés García Gónzález