Pocas cosas son tan apetecibles como cobijarse en un histórico Teatro como el Victoria a la espera de que una obra de la categoría de La ratonera sea representada. Siempre es alentador comprobar que pese a los tiempos de crisis, pequeñas salas de teatro como ésta se llenan con la afluencia de un público ávido de experimentar la sensación de estar en contacto con la fabricación de una historia, representada por los actores a apenas unos metros de sus asientos.
A mí alrededor se acomodan poco a poco los últimos rezagados. La gente habla a la espera del comienzo de la función, y por sus palabras se deduce que para algunos es una primera aproximación al mundo de las tablas. En ese momento recuerdo las palabras de uno de los intérpretes, Leandro Rivera (Gilles Ralston en la obra): “el mayor acierto de esta obra es que le gusta a la gente acostumbrada al teatro y a los que no también”, más tarde no me quedaría más remedio que darle la razón.
El momento ha llegado, las cortinas se abren y como si del cuadro de Las meninas de Velázquez se tratase, los personajes aparecen en una pose marcada por la elegancia, la oscuridad y el misterio, preludio de lo que depara la obra.
Años 50, un matrimonio (Leandro Rivera y María Castro) inaugura una casa de huéspedes a la que acuden unos variopintos invitados. Un asesinato ha tenido lugar y una tormenta de nieve les ha dejado incomunicados en el interior de la mansión. La reina del suspense, Agatha Christie, escribió esta historia, basada en el cuento Tres ratones ciegos, y que lleva más de medio siglo siendo representada en escenarios de too el mundo.
El tiempo del descanso ha llegado. Más de media función ha pasado, los espectadores casi no se mueven de sus asientos, comentan con sus acompañantes la función intentando adivinar quién es el asesino. Todos ellos han sido cautivados por la emoción de un relato lleno de intriga.
El espectáculo ha concluido. La tensión del final se mezcla con el alivio de conocer la verdadera identidad del asesino. Los aplausos resuenan en la estancia dirigidos tanto a Paco Churruca, Álvaro Roig y Maribel Ripoll, que han vuelto a demostrar porqué son artistas consagrados, como a las jóvenes promesas a las que acompañan.
La ratonera, obra maestra del suspense, se representará en el Teatro Victoria hasta el 16 de mayo.
A mí alrededor se acomodan poco a poco los últimos rezagados. La gente habla a la espera del comienzo de la función, y por sus palabras se deduce que para algunos es una primera aproximación al mundo de las tablas. En ese momento recuerdo las palabras de uno de los intérpretes, Leandro Rivera (Gilles Ralston en la obra): “el mayor acierto de esta obra es que le gusta a la gente acostumbrada al teatro y a los que no también”, más tarde no me quedaría más remedio que darle la razón.
El momento ha llegado, las cortinas se abren y como si del cuadro de Las meninas de Velázquez se tratase, los personajes aparecen en una pose marcada por la elegancia, la oscuridad y el misterio, preludio de lo que depara la obra.
Años 50, un matrimonio (Leandro Rivera y María Castro) inaugura una casa de huéspedes a la que acuden unos variopintos invitados. Un asesinato ha tenido lugar y una tormenta de nieve les ha dejado incomunicados en el interior de la mansión. La reina del suspense, Agatha Christie, escribió esta historia, basada en el cuento Tres ratones ciegos, y que lleva más de medio siglo siendo representada en escenarios de too el mundo.
El tiempo del descanso ha llegado. Más de media función ha pasado, los espectadores casi no se mueven de sus asientos, comentan con sus acompañantes la función intentando adivinar quién es el asesino. Todos ellos han sido cautivados por la emoción de un relato lleno de intriga.
El espectáculo ha concluido. La tensión del final se mezcla con el alivio de conocer la verdadera identidad del asesino. Los aplausos resuenan en la estancia dirigidos tanto a Paco Churruca, Álvaro Roig y Maribel Ripoll, que han vuelto a demostrar porqué son artistas consagrados, como a las jóvenes promesas a las que acompañan.
La ratonera, obra maestra del suspense, se representará en el Teatro Victoria hasta el 16 de mayo.
Valle Valmaseda
No hay comentarios:
Publicar un comentario